domingo, 27 de febrero de 2011

Los frikis

El pasado mes de enero estalló en el mundo árabe una cadena de revueltas que en cuestión de días se ha extendido por varios países como si de un efecto contagio se tratrase y a día de hoy sus efectos ya empiezan a verse reflejados en occidente. Muchos, han criticado la actuación de la Unión Europea o, mejor dicho, la no actuación de la misma y han cuestionado la indecisión del Ministerio de Asuntos Exteriores español a la hora de abordar semejante conflicto que parecía tan lejano pero que ahora sus secuelas rozan ya nuestras fronteras convertidas en paquetes de medidas disfrazadas de anti crisis.

“Vamos a reducir la velocidad máxima de 120km/h a 110km/h para ahorrar petróleo” con estas palabras anunciaba el pasado viernes tras un Consejo de Ministros el vicepresidente primero del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, un nuevo paquete de cuatro mediadas energéticas que el ejecutivo añadirá a su larga lista de propuestas. Todo ello a pesar de que comenzara su intervención con una importante aclaración, “no veo problemas en el horizonte para nuestro suministro energético, ni de pretróleo ni de gas”.



Al parecer, según estimaciones del gobierno, esta iniciativa reducirá entre un 11 y un 15% el consumo de carburante. Sin embargo, la realidad es que cada persona cada vez que pasa por una gasolinera abona además del coste del producto unos impuestos que repercuten directamente en las arcas del Estado. Ahora, es este quien decide que un ciudadano ahorre en gasolina para ahorrarse así las buenas gestiones y los trámites negociadores con los países exportadores de petróleo que hoy atraviesan situaciones difíciles.

Con datos sobre la mesa y según han estimado algunos expertos, esta ley podría suponer hasta un millón de multas por exceso de velocidad con una sanción mínima de 100 euros que podrían traducirse en 21 millones de euros de ingresos extra. Ante la buena gestión, se establecen prohibiciones y recortes a la ciudadanía y detrás de una medida de ahorro, imposiciones restrictivas con un afán recaudatorio para las vacías arcas del Estado.

Así nos sorprende de nuevo un gobierno que, incapaz de aportar soluciones, se ve obligado a imponer sanciones. Un gobierno superado por la crisis que ya no admite crítica alguna y se agarra a lo que en un pasado hicieron otros países.
Y así econtramos un país con unas nuevas medias energéticas tardías que lejos de beneficiar a los ciudadanos, supondrán además de un gasto un verdadero incordio. Frente a este panorama quien no apoye al ejecutivo, tendrá que guardar silencio porque de lo contrario será acusado de tener “intenciones ocultas” y correrá el riesgo de ser calificado de “friki”, “irresponsable” o “anarcoide” por el señor Ministro de Fomento.


miércoles, 2 de febrero de 2011

"Il Cavaliere" La construcción de un mito

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi debe su supervivencia en el poder al mito que poco a poco ha construido en torno a su persona. Abusos sexuales de menores, incitación a la prostitución y abuso de poder son solo algunos de los escándalos en los que se ha visto envuelto el primer ministro en los últimos meses, pero la realidad es que pese a ello y tras numerosos intentos por parte no solo de la oposición política sino de miles de civiles que han salido a la calle en señal de protesta misteriosamente Berlusconi sigue intacto.

"Il Cavaliere" es y ha sido un empresario notorio en todos los ámbitos que ha trabajado, buen
emprendedor que ha sabido conducir sus negocios hasta convertirse en el octavo hombre más rico del mundo. Uno de los mejores equipos de fútbol de la liga italiana y el gran imperio mediático mediaset son dos de sus negocios más destacados aunque a ellos les siguen multitud de empresas que no cesan de cosechar logros económicos.

Esta situación de partida ha hecho que los italianos lo vean como un hombre de éxito, admirable, pese a las estrategias que haya podido seguir para alcanzar este éxito empresarial, y ha sabido utilizar esta posición privilegiada dentro del mundo empresarial para ganarse el apoyo de sus compañeros con itereses muy similares a los suyos propios.

A partir de aquí "Il Cavaliere" como le llaman en la república italiana ha sabido jugar bien sus cartas y ha trabajado duro para alcanzar el poder hasta en cuatro ocasiones. Su imperio mediático ha supuesto el 50% de su imagen, que a propósito no ha descuidado en ningún momento. Ha sabido aprovechar mejor que nadie el tirón de los medios y su poder de presión social. Lejos de infravalorar al "cuarto poder" se ha aliado a él, y sus medios se han encargado del resto. Él ponía el dinero y estos canales de televisión contribuían enormemente a moldear su imagen pública. Berlusconi es un perfecto comunicador.

Después, su salto a la política no fue difícil, era el poder que aún no ostentaba aunque siempre antepuso sus negocios al terreno político, después, una oposición fragmentada y una resurrección de la derecha amparada en el capitalismo más moderno han desencadenado en cuatro legislaturas de un Berlusconi político. Frente al resto de agrupaciones, ha creado un partido, Forza Italiana y ha sabido mantener una estructura firme y motivar a sus seguidores con discursos políticos directos que han dado resultado.

Y finalmente, sin las características propias de la sociedad italiana no habría sido posible el fenómeno. Sus escándalos sorprenden poco simplemente porque los italianos están acostumbrados a una clase política similar, después de siglos bajo el poder papal, años de fascismo y una oposición sin fuerza, se han traducido en una sociedad despolitizada que ha obviado hasta escándalos de corrupción porque, simplemente, Berlusconi es el retrato de gran parte de la sociedad a la que representa.


En definitiva, "Il Cavaliere" es y ha sido un personaje polémico pero de un éxito indudable que ha sabido encontrar su camino a la fama conociendo a fondo a la sociedad que le apoya. Parece que ese refrán español que dice "la mujer del césar además de serlo tiene que parecerlo" no ha cuajado demasiado entre nuestros vecinos italianos que mantienen en el poder a un presidente con el historial de Berlusconi.